La loba
La labor única de la loba consiste en recolectar huesos. Su guarida está repleta de restos de todas las criaturas del desierto: ciervos, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos. Se desplaza, trepa y recorre montañas y arroyos en busca de huesos de lobo. Una vez que ha reunido un esqueleto completo, se sienta junto a él y reflexiona sobre qué canción dedicarle. Luego, levanta las manos y comienza a cantar, infundiendo vida a los huesos del lobo. Su canto es tan potente que hace temblar el suelo del desierto. Mientras canta, el lobo abre los ojos, salta y se escapa corriendo por el cañón. Sin embargo, en ciertos momentos, debido a factores naturales como el murmullo del agua, el lobo se transforma repentinamente en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riendo a carcajadas.
En cuanto a la recolección de huesos, la loba señala la importancia de buscar la fuerza indestructible de la vida. Cantar representa el uso de la voz del alma para expresar la verdad sobre nuestro propio poder y necesidad, permitiendo que el deseo de conexión con nuestro Yo salvaje se desborde y nos permita hablar con nuestra alma desde ese estado de ánimo. Se destaca que toda mujer posee una fuerza antinatural que puede intentar reprimir su instinto natural. Dentro del relato, la loba se representa como una mujer salvaje, dotada de una fuerza inimitable e inefable que alberga un vasto tesoro de ideas, imágenes y peculiaridades. Por lo tanto, es crucial que las mujeres reconozcan tales fuerzas y se protejan contra su mortalidad.
Los cuatro rabinos
Una noche, cuatro rabinos recibieron la visita de un ángel que los despertó y los transportó a la Séptima Bóveda del Séptimo Cielo. Allí contemplaron la Sagrada Rueda de Ezequiel. Cada uno reaccionó de manera diferente ante la belleza y la sabiduría:
- El primer rabino perdió el juicio y vagó con espuma en la boca hasta el fin de sus días.
- El segundo rabino murió instantáneamente.
- El tercer rabino no dejaba de hablar sobre lo que había visto, obsesionado hasta el punto de extraviarse y traicionar su fe.
- El cuarto rabino, un poeta, tomó papel y pluma, se sentó junto a la ventana y comenzó a escribir canciones sobre la paloma de la tarde, entrando en paz y saliendo ileso.
El cuento nos enseña que la mejor manera de experimentar el inconsciente profundo es no dejarse llevar ni por una fascinación exagerada ni por una falta de interés. Este relato ilustra cómo las ideas y los poderes olvidados pueden resurgir usando la voz del alma. Recuperar la naturaleza salvaje femenina puede ser un proceso desafiante que requiere valentía, fe y una disposición para abrazar lo desconocido. Para aquellas mujeres que acceden a esta fuerza, les aguarda una vida más plena, creativa y auténtica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario