Seguidores

sábado, 8 de junio de 2024

11. El calor: la recuperación de la sexualidad sagrada Las diosas obscenas


CAPÍTULO 11

El calor: la recuperación de la sexualidad sagrada
Las diosas obscenas 

Existe una persona que se encuentra en el hábitat salvaje de la naturaleza femenina. La música, el movimiento, la comida, la bebida, la paz, el silencio, la belleza, la oscuridad, la oscuridad. Dentro de este aspecto de la mujer se encuentra el calor, el calor de la mujer no es un estado de excitación sexual sino un estado de intensa conciencia sensorial que comprende su sexualidad, pero no se limita a ella. Existe una característica de la sexualidad de las mujeres que, en la antigua época, se denominaba lo obsceno sagrado. En las antiguas culturas femeninas había unas diosas de la obscenidad así denominadas por su ingenua y, sin embargo, astuta lascivia. Sin embargo, el vocabulario, al menos en castellano, dificulta enormemente la comprensión de las "diosas de la obscenidad" como no sea en términos vulgares. No es vulgar en absoluto, sino que más bien se parece a una auténtica criatura de naturaleza asombrosa que uno desearía tener por amiga y cuyo destino es único.

Desearía con todo mi corazón recibir esta visita. La relevancia de estas antiguas diosas de la obscenidad se ha demostrado a través de su capacidad de eliminar lo que estaba demasiado tenso, deshacer la tristeza y generar en el cuerpo una especie de humor que no se encuentra en el intelecto, sino en el cuerpo y debe mantenerse abiertos estos canales.

Baubo: La señorita del vientre.

Baubo era una diosa de la antigua Grecia, la conocida como "diosa de la obsenidad" era una de las más evocadoras y cautivadoras divinidades del Olimpo.

Deméter, la diosa de la tierra, tenía una joven llamada Perséfone, quien fue capturada por Hades mientras jugaba en un prado. Hades surgió de la tierra en un vehículo negro y se dirigió a Perséfone hacia su dominio subterráneo. Los sonidos de Perséfone se oyó por toda la tierra, pero a continuación todo permaneció en silencio. Desesperada, Deméter comenzó a buscar a su hija en todos los lugares sin éxito, y en su tristeza, hizo que todo se estremecerá y nada prosperara.

Durante su investigación, Deméter se encontró con Baubo, una bailarina de gran talento, ya que no tenía cabeza, sus pezones eran sus ojos y su lengua era su boca. Era una figura cómica que la hizo llorar con sus relatos y bailes, lo cual le devolvió la esperanza y la energía. A través de Baubo, Hécate y Helios, Deméter finalmente halló a Perséfone y lo recuperó. Durante el regreso de Perséfone, la tierra volvió a prosperar y la existencia se volvió eterna.

Este relato no solo trata de "manifestaciones de la fertilidad", sino que también evoca emociones y expresiones distintas en todo el mundo. Los cuerpos y lo que se percibe en el interior de estas sensibles criaturas, los labios de la vulva, generan sensaciones que solo una mujer puede comprender de manera exhaustiva. La risa en el vientre es una de las medicinas más eficaces que puede adquirir una mujer. Las mujeres deben vivir en ocasiones en una atmósfera exclusivamente femenina, ellas solas o con otras mujeres. La anciana diosa del vientre, Baubo, nos sugiere que un poco de cautela puede aportar a superar una depresión. Cuantas clase de risa, derivadas de relatos que las mujeres narran, a menudo subidos de tono y rayando el mal gusto, sirven para despertar la pasión y despertar el interés por la vida. La diosa del vientre y la risa del vientre son los objetivos de las mujeres para despertar su mente.

Coyote Dick.

En una ocasión, un tal Coyote Dick, una persona ingeniosa y tonta a la vez, siempre hambriento y malgastando bromas para alcanzar lo que quería, cuando no estaba durmiendo. Un día, mientras dormía, su pareja se estremeció y decidió abandonar la actividad laboral. Se derrumbó y comenzó a caminar hacia abajo, adentrándose en un bosque en el que cayó en un ortigal, gritando de dolor.

El estruendo despertó a Coyote Dick, quien al percatarse de la falta de su pareja, se dirigió hacia él. Finalmente, lo encontró en medio de las ortigas, lo sacó cuidadosamente y lo volvió a colocar en su sitio. La moraleja es que las ortigas provocan picazón permanente en el miembro de Coyote Dick. Por eso, los hombres tienden a acercarse a las mujeres con la excusa de rascarse, debido a esta picazón universal desde la primera vez que el miembro de Coyote Dick escapó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Análisis Libro Ecuador: de Banana Republic a la No República

    El libro "Ecuador: "De Banana Republic a la No República" del expresidente ecuatoriano Rafael Correa presenta una minuc...