Este ejemplar es escrito
por el filósofo del lenguaje estadounidense Jason Stanley quien alerta en su
libro Facha sobre los peligros del neofascismo nos explica los mecanismos que
emplea el fascismo para llegar al poder y articular nuestras vidas: del pasado
mítico a la propaganda, pasando por la sexualidad, la jerarquía o el victimismo
del ellos contra nosotros. No es solo cosa del pasado, sino que se ha
infiltrado en el presente para, si no tomamos consciencia, marcar la agenda de
un futuro muy oscuro.
Las
tácticas fascistas como mecanismo para obtener el poder dependiendo en gran
medida de su contexto histórico particular. El fascismo en política utiliza
muchas estrategias: el pasado mítico, la propaganda, el antiintelectualismo, la
irrealidad, la jerarquía, el victimismo, el orden público, la ansiedad sexual,
el llamamiento al espíritu de la nación y el desmantelamiento del estado de
bienestar y la unidad. Aunque la defensa de algunos elementos sea legítima y a
veces esté justificada, hay momentos de la historia en que todos ellos aparecen
en un partido o en un movimiento político. Los peligros del fascismo en
política radican en la manera especial que tiene de deshumanizar a ciertos
segmentos de la población. Al excluirlos, limita la capacidad de empatía de los
demás ciudadanos y justifica el tratamiento inhumano; desde la represión de la
libertad, el encarcelamiento en masa o la expulsión hasta, en casos extremos,
el exterminio en masa.
En
casos como el de la Alemania nazi, Ruanda y en el actual de Birmania, las
víctimas de la limpieza étnica tuvieron que sufrir las crueles palabras de los
líderes y de la prensa durante meses o años antes de que el régimen se volviera
genocida. Con estos antecedentes, en EEUU es preocupante tener un presidente,
Donald Trump, que insulta abiertamente en público a los inmigrantes, entre
otros muchos casos.
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